Poemas
La más bella historia
Es el año 1968. Es un jueves. Es Noviembre. Es Madrid. Un joven palestino, obligado a emigrar por la irrespirable situación de su país, camina perdido por la Puerta del Sol. Pregunta a varias personas que lo acaban dando por imposible al no entender ni una sola palabra de lo que dice. No se rinde. Necesita ayuda y… “bingo”, la recibe en forma de mujer: una chica de Soria, bastante guapa, algo mayor que él, vestida con una falda demasiado corta para el frío reinante.
Me gusta pensar que es así
En cualquier habitación aleatoria de tu ciudad
o en una playa o en un parque,
en el metro o en el autobús,
estás tú
leyendo este poema
y el resto de emociones que conforman este libro.
La palabra María
Yo sé que la palabra María bien podría parecer un conjunto de cinco letras que se dan la mano, un nombre propio muy común. Nada de eso. Es una palabra que encierra quinientas noches ajenas al insomnio, una palabra que tiene un cuerpo frágil y perfecto como las alas que le salen a los niños.
La historia de los amores imparables
Me dicen que es de tontos
tropezar tres veces en la misma piedra
pero es que tú eras una piedra
sobre la que merecía la pena caer,
resbalarse,
hacerse herida.
Compañeras
Lo mejor que puede hacer un hombre cuando ve a una mujer besar a su hijo, cuando ve a una mujer romperle la cara al invierno y partirse la espalda por el resto es apartarse, observar atentamente, ponerse en pie. Decía Escandar que mirara donde mirara solo veía mujeres luchando. Mujeres cargando, mujeres abriendo, mujeres curando. Madres que se crujen el alma agachándose para quitar las piedras que le salieron a tu camino, para que yo no tropiece.
Aunque fuera breve
Yo subía las escaleras de su cuerpo,
ella se tiraba de mi abismo.Yo subía las escaleras de su cuerpo,
ella se tiraba de mi abismo.
Hacíamos una buena pareja.Yo subía las escaleras de su cuerpo,
ella se tiraba de mi abismo.
Hacíamos una buena pareja.
Hacíamos una buena pareja.
¿Pero quién se ha creído que es?
Estoy harto del poeta que llevo dentro.
1950-1967: Palestina
Nuestro ojo se detiene en una tierra seca.
El sol golpea con violencia.
El plano de visión se va abriendo poco a poco. Una madre llora en la arena.
La muerte de un hijo. Se sigue abriendo el plano. Nuestra pupila enfoca desde el aire. Se detiene.
Yo no quiero que te vayas
Yo no quiero que te vayas,
pero tampoco quiero retener tu llama
para que otros nunca conozcan tu fuego,
ni mojar tu pólvora
para que no prendas junto a nadie.
Ley de vida
Es ley de vida,
lo cual no significa que sea fácil.
Cuesta ver envejecer a tus padres.