septiembre 8, 2020
Los peces del acuario

Se acabaron las habitaciones cargadas,
se acabó esa cintura tuya que ponía en orden el mundo.
Ya no más llamadas para cualquier complicidad estúpida,
ya no podrá ser tu habitación mi casa
ni tu foto mi libro de consulta.

Comenzamos a dormir sobre el colchón más roto de la incertidumbre,
el deseo se desplomó como un atleta deshidratado
y nuestros nombres dejaron de serdos preguntas que se respondían
con una sola palabra: nosotros.

Y nos manchó la ropa la rutina
y cruzamos esa calle que conduce desde tanto hasta tan poco
y de golpe quedó la cama convertida en dos infiernos.

Ni siquiera una alegría de bolsillo,
no encontramos alcanfor para corazones que marchitan.

Quedaron los peces del acuario de mi vida
flotando boca arriba, como una chancla muerta.
Así acabó todo. Así empezó la soledad.

· También te recomendamos ·